Todo suena mecánico para bien, en liturgia solitaria es mejor con How to Destroy Angels por variación rabiosa intentando llegar a la grieta que habrá en algún punto a miles de millones de años luz; y suenan las sirenas e intento amordazar el tiempo para creer, pero es utopía.
Últimamente el párrafo se desliga, corre, salta solo hacia la liberación... el remedio. Que he visto al Señor del Sueño curando heridas entre gritos de agonía; que lo sé sin recordarlo ahora, débil bajo la tiranía química que siempre será en este plano, ya, quieto, esperando al tren amable o eso quiero.
El cable traslada el sonido que aleja los recuerdos, reconstruye muros, filtra el odio.
Corren las viejas putas de antaño en aras de la crueldad natural que, al fin, es la que gobierna todo el alimento devorado por cualquier cosa a cualquier cosa. Ellas olisquean: ellas follan.
Al virus que hace su trabajo lo parió la atroz natura, fulana de lo subatómico y galáctico. Sabia ella es en su ciclo mutante: sabios sus hijos (TODOS) entrenados por papá ADN. Juguemos nuestro rol.
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