Rueda la bola por la inclinación agreste de lo surreal. Sacando fuerzas me impulso entre el viento y la luz que apenas asoma tímida pensando en Celephaïs, ciudad que hago mía por los oídos bien narrada aunque de otro tiempo. Lovecraft tiene las llaves para abrir puertas que guardan el secreto contra el miedo; respuestas para lo reptante; oscuridad del buen (((escondite lugar adecuado no hay))); dientes que crecen eternamente sin hacer daño. Vaivén es bueno: azota cálido sin forma desde todos lados yo contento porque lo haga no hay problema más que el que quieras inventar. Que no estoy para puntos y aparte ahora, nunca, ni futuro que lo vea quisiera yo ahora, never... Que no me gustan los puntos suspensivos por alargar la muerte en vida que no es sino el coral bajo el alma cortando, cortando, cortando... Que no se entiende pero yo sí ¿por qué no basta?... Que al final todo desaparece de tal manera que el esfuerzo ha sido en vano a no ser que quieras hablar de venenos, más lucha no elegida, más valores sin valor para la amenazante anécdota que representa el soldado. No veré el cambio pero lo soñé: es suficiente así y así será. Cómete la mollera ahora antes del paseo diario o la expulsión de tus excrementos. No soy John Doe; soy el ADN roto de algo que dejó de existir antes del principio del mundo; soy el Sapo Sabio que no sabe lo SAPO que es. No más letra por favor, ruego, aquí, cerrando ya... ya... ya... (los puntos suspensivos se escriben solos)
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