jueves, 14 de noviembre de 2013

John Doe visita el hospital l Entrada 44

John Doe, ayer, en el hospital. Alguien sin nombre se acerca a contar un chiste que no entiendo; luego habla de carpintería y cornucopias que coronan cómodas asesinadas por los rápidos guerreros del dios Ikea. Lo dejo escupir mientras se atraganta en una carrera contra sí mismo que no puede ganar. Lamento su estado: tan seguro de su buena voluntad; tan sobrado de saludos que intenta demostrar; tan perdido entre una vocalización que le secuestra las palabras mientras aclara, una y otra vez, que ha sido muy trabajador y mejor persona.

Ahora miro caras distintas en el marco aséptico de los pasillos atestados que imantan con fuerza a cada nuevo recién llegado. Alguna cama pasa empujada por el Caronte de turno y no tiene importancia.

Antes del lenguaraz me contaron que iban a desconectar a uno en la UCI; sí... a uno que ya está muerto pero no lo sabe. Cerca está el Hada de los Golpes recostada entre tubos, anclada a sí misma en una sedación que la proclama como reina absoluta de un mundo perdido en otro cielo. Rodean su cama los espinos de la mente que no dejarán pasar a ningún príncipe. Pronto se irá de nuevo a la batalla por sentir, dejando atrás un silencio varado en las costas del coma.

Nada duele eternamente, pequeña.

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