domingo, 3 de noviembre de 2013

John Doe recuerda su despertar l Entrada 33

Bien por John Doe tras el 'superunknown'. Advierte el cielo, de música innombrable. Partículas insensibles se mueven medio pegadas tras el canto mañanero de alguna raza alada, rara, agresiva en sonido. Ríe y se mira los pies: está contento por la cercana tormenta que se aproxima en corta oración. Escucha la tardía queja del sádico: es patética. Sólo lamenta el azar que yace tras el movimiento de la carreta. Recuerda la sangre: al ogro husmeando el aire en busca de otro motivo; al infante agazapado; a la madre conforme en el trasnochado ciclo del "todo se arreglará". Los iguales se miran asustados desde otras camas: quejándose en silencio, apoyándose en susurros. Más tarde, la víctima enfurecida por otros tiempos provocará el cisma entre los recién llegados y los aventajados alumnos del dolor. Todo se perdió. El monstruo comenzó a derribar el castillo piedra a piedra para desterrar su fracaso. Ya era tarde. Gracias por nada.

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