Triste en el caldero de la bruja recojo espigas varias variadas rastrojos; y puede ser que todo se cumpla en el terror de algo que desconozco: que reconocer sin orden es lo que intento en el texto que aplico, que hundo el cuchillo y ya, para que sepas por donde voy (sin acento porque sé); ...de literatura y cuánto me gustan los murciélagos pequeños, en multitud, surrealistas revolotean y ya no los veo, ni los ves, ni los podrás ver en lo sucesivo si cuándo estés leyendo esto estás jodido, bien jodido, bastante jodido, cochinamente desastrado para siempre en el 'forever' ese que dicen bromeando los que no saben inglés, que paro a veces-veces paro y juego: juego mucho con las definiciones que algún alien sabrá extraer de la criptografía extraña de mí: que siempre fui un filósofo y más nada y eso es ya mucho 'per se'. Dicen que se comió el ratón al gato en aquella esquina por ser cuántica la esquina esa, sí, esa esquina, sí, esquina esa que repito por llevar algo más que las neuronas solas, secas, sin nada solo para traspasar información trivial: -Que dan para más que te lo digo yo -dije-, y luego me fui, arrastrando los putos pies maltratados de niño que es lo único que me queda y yo maduro, duro -y rima-, y difícil de tratar por cansancio de mí mismo y de los demás: esos que se arrastran más allá solo son espejos llenos de vapor que se creen algo más para la materia que los mastica... muriendo... agonizando ---> ¿se darán cuenta?
No hay dioses entre los artistas de los cojones; solo hay artistas entre los pocos dioses que imagináis.
John Doe: ¡PUTOS ASNOS REVENTADOS! (sí... va por ti también, puta carne de matanza): que no eres pequeño joder, sino demasiado grande para encajar en ti, ti, ti.
A veces hay posdata: hoy no (solo cerveza).
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