viernes, 10 de julio de 2015

John Doe habla con El Moribundo l Entrada 91

Grandes historias de terror en el limbo de un cuadro mal pintado, lleno de sangre y horrores varios. Todo apuntaba a que un asesino se había instalado en el cerebro de John Doe, sacando lo mejor de este individuo perdido en algún sector de la puta "creación". Decidió vivir en la cueva más cercana a la humanidad, esperando que se pusieran a pastar los Dos Patas, que había miles de millones y sobraban para la matanza al madrugar. Los abrazos falsos se sucedieron hace tiempo en algún pliegue extraño que todavía conserva algo de la mezcolanza famosa de Einstein. ¿Repetiremos la vida luego? -se preguntó a continuación Johnny; de un plumazo fuera el pensamiento, porque jamás querría revivir las tierras del gigante ni su tiranía sobre la progenie. Mirarse, eso es lo que quedaba, que falta mirada desde el espejo del pensamiento y lo saben todos; y todos siguen sin mirarse por no mirarse adrede, que duele mirarse en el sempiternamente roto espejo de la perfección. ¿He dicho ya 'mirarse'? ¿He conseguido por milagro que tu atención atrape algún debate interior? ¿Sí?. Ahora mira el reloj que se recrea en tu desaprobación y fantasea con haber conseguido cosas que se helarán cuándo el universo se pare. 

 Menos que un niño sois ahora. Menos que nada por la entropía. Igual a mí durante eones ...serás. 

 Tú, El Moribundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La gripe de dios

La gripe de dios tiene ausencia de letras y es como si no existiera la gripe de dios; y existe y es verdad y la providencia  doblará tus rod...