lunes, 28 de octubre de 2013

John Doe mea sobre Lou Reed l Entrada 29

El contratiempo musical alerta de cambios en el futuro para el hombre. Siento que me he levantado e ingiero el tramposo sustento para seguir. Locos han salido otra vez hacia prados de cemento donde componen un día más sus vidas a través de la cadena, la diplomacia, la desidia. Para las gaviotas el día sigue igual: mal, por los peces y tal. "¡Dubidú!", comento, mientras mis pies dan otro paso hacia la caja blanca llena de cosas, veneno, parábolas. TV larga mierda desde amasijos neuronales que no creen aquello que la boca vomita; aunque están podridos, siguen recogiendo nuevas mentiras para entrar sin permiso en la vida de los tontos. Escucho a Mesuggah dragar el lago; ¿es para que los visitantes se vayan con algo más a la cama esta noche que otra queja borracha de ego, miedo y espera?. Un lamento con puerta reventada antes que la sinergia acabe con el mendigo; éste tararea la última tonada antes de pedir. Andar a tientas parece lo más fácil, lo mejor entre tanta mediocridad sustentada por información barata, falta de consenso, necesaria individualidad. ELLOS (el uso de mayúsculas no los hará mejores) se arrastran un poco más en la semigraciosa pesadilla que los protege, sin pensar en putos mantras, acompañados de asesinos que intentarán otro día hacer el chiste que no procede. Lou Reed ha muerto ¡¿y qué?!; vendrán otros como él para hartarse de droga, jodernos vivos y follar putas poliquísticas con desarreglos en las venas. Yo digo: "¡Qué se joda!" Yo digo: "¡Diablo, déjale el culo como un pantanal!" Yo digo: "No eres padre de nada, sino más alimento para el Sol" Ahora me retiro a echar una meada mientras suelto una lagrimita en plan egoísta que no es para el músico, sino para todo lo que me importa y a ti no; sí... una gotita de alegría por el descubrimiento inservible, pero que sirve hoy.... sí... para mí.

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