viernes, 15 de marzo de 2013

John Doe quiere al dios que se refleja I Entrada 21

En los jardines que sueño hay un minarete vivo que se desplaza de noche más allá de las arenas. Es un desierto muy grande, extenso como la vida, donde reposo la espera hasta que el 'visitor' se digne. Hay unos muros que cierran el paso a la curia pensante, filósofos moribundos con nidos en sus cabezas, donde pájaros en llamas ponen huevos de papel. La sífilis del escritor rellena el vacío espacio de algún poema-recuerdo que escuché al sestear, creo que de Baudelaire. El edificio se pudre mientras lagartos enjoyados con la pura madreperla, eructan volúmenes raros que nunca se han editado. Corro y sudo y grito al viento, mientras el ángel orina sobre el hielo del desdén; después seguirá reclutando a los que quedan sin alas, para dar rápida muerte al resto de la máscara nocturna. Un ejercito de mendigos acompañará a los sagrados voladores por tierra y, al llegar a destino, practicarán el necesario canibalismo. Te he contado lo que en una cabezada quiero matar y me importa una eternidad ahogada en defecación si ésto te atañe o no. John Doe quiere un cielo de putas y basta.

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