John Doe se desdobla I Entrada 15

En otro plano de existencia me encaramo por un momento esperando covertirme en vampiro. Los chupasangre cósmicos existen en algún lugar soñado, al igual que nuestra realidad es el sueño de alguien en otro universo. El enlace neuronal de John Doe se precipita a estas horas por lugares ignotos, llenos de gruesos peldaños y cavernas frías que jamás llegará a experimentar nadie ajeno a su mundo; éso le gusta. El desconocido quisiera encender cirios más allá del umbral de sus lecturas fantásticas, construyendo a través de ritmos mentales nuevos mundos que explorar; así, todo lo que lee son gritos desesperados de gente ya muerta o que se sabe muerta, pues el conocimiento es dolor, repetición y teatro. Algunos se sienten agradecidos en el bucle, esperando más de lo que saben que podrán obtener. Pero yo sé quién soy, yo sé quiénes esperan detrás de la cortina para saludar por fin al público: soy John y Doe..., las dos cosas al mismo tiempo y ninguna, porque aunque sigo tecleando, la frase anterior ya me ha asesinado, acercándome cada vez más a la calle interminable de películas repetidas y cerdos bípedos que existen. Como siempre, no hay puntos y aparte; están sobrevalorados, con su gasto energético para con el ENTER o el viejo TABULADOR. En un sueño me encuentro con el Hombrecillo de los Moratones; en otro hablo animadamente con el Mentiroso sin Fondo; el Falso Profeta liquida mis expectativas tras un recodo, aunque sus intenciones parecen buenas; Locas y Fumadores empedernidos más adelante, se arrastran inofensivamente; ...and more, and more, and more. Mañana leeré a Panero, uno de los únicos cuerdos que existen tras los barrotes que lo alejan de nuestro manicomio. Me deslizo bajo las mantas como John Doe ¿como quién si no? Sé que ahí fuera hay hijos de puta abonando la tierra con lo que no deben...y esperando...esperando...esperando. Tened pesadillas para variar y bienvenidos a la violencia de la creación.