El viento y el frío, la lluvia y la tormenta, el mar embravecido, las olas mórbidas y amenazantes; todo hace un recordatorio del instinto de las cuevas, de algo perdido entre brumas, rayos y dioses ancestrales que advertían al superviviente. El rol de John Doe es otro ahora mientras camina cerca de rocas castigadas por un vendaval incipiente. Tocar el cielo le gustaría provocando el torbellino limpio y reconfortante que necesita el mundo. Un tornado, sí. Un tubo enorme de viento que se tragara todo lo conocido en un grito grave e irrespirable. No cree en el alma, pero creería sólo para ello. John Doe escucha el silencio entre húmedos sueños de muerte, pero el poder y la suerte andan por ahí haciendo trapicheos para otros menos merecedores. De todas formas hay paz entre la ciencia y la religión para este desconocido, y él lo sabe. Se hubiera quedado con Satán de haber creído en la existencia del dios cristiano. El ángel caído le cae mejor. Y ahora un poco de música, ¿por qué no? Algo avasallador que abra el cielo aplastándonos como las hormigas que somos. Cierro otra entrada más que he hecho en tercera persona porque me sale de las bolas cargadas de esperma que porto. Hasta un nuevo vómito ...o hasta nunca ;) <--- ...puto 'smiley' de mieeerrrda, ¡se ha vuelto a colar!.
Life is experimental ergo Blogs are experimental. Sueño cuántico y muchos bits :) <--- ¿qué hace ese smiley ahí? :(
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