sábado, 2 de marzo de 2013

John Doe dedica al benjamín I Entrada 18

Follar y viajar por los Cárpatos a lomos de un caballo negro, intenso y resabiado. Logro ver a mi hermano pequeño flotando a muchos metros sobre la circunvalación cruel de un mundo que acoge el veneno humano. Él desgrana paz en una sonrisa momentánea mientras atesora una ingravidez más allá del tormento, la sentencia, la obligación de vivir. ¿En qué lugar estuve en el momento concreto de la lucidez máxima de saberse imposible en un mundo real? Los veo mirar palomas como si miraran mierda insignificante en un cuarto en el que entra un hombre sin nombre, que duerme bajo cartones luchando por soñar más, por ganar la carrera a una muerte que deberíamos invitar. Todos están cansados o se cansarán bajo el vino de Baco, la orgía y el Tarado que Llora por Más. Nunca he probado un margarita ¿es bebida? ...simple, sin reglas ortográficas, claro, pero quiero un margarita...un margarita...; es tonto, sí, lo sé. ¿Me invocas? ¿Quieres invocarme a ver si aparezco como dragón en algún lugar del universo? Ser un dragón. Mi hermano, el pequeño, los vio; pero se escondían entre nubes y fue difícil quedarse allí, suspendido, entre muros demasiado fríos para el humano que no quiere ser. Siempre me viene Panero a la cabeza; siempre escupo fuera de la acera y luego me doy cuenta (de que) me cago en el dequeísmo y que debería haber bañado de esputo el lugar por donde pisan los muertos (sois los muertos, motherfuckers). Estáis todos fallecidos ya, todos jodidos, todos varados en la misma playa mirando la otra orilla. Escoria bípeda viviendo del cuento en programas para mentes débiles. ¡Qué les corten la cabeza, sí! Servir sus minicerebros en platos de papel, ensangrentados, pensantes y derechos a los colmillos de Oscar Wilde. Quiero ser aire asesino en el próximo plano. Adiós.

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